CASO A) El profesor debe cuidar la motivación de un
alumno ambicioso tanto intrínseca con extrínsecamente. La motivación intrínseca tiene que ver con su propia satisfacción personal. Esta satisfacción coincide con el cumplimiento de sus ambiciones. La motivación extrínseca pretenderá que el resto de sus compañeros aprueben su actitud, de tal manera que los elogios debidos a su aprendizaje se conviertan en una de sus prioridades.
Obviamente la motivación se mantendrá antes, durante y al final del aprendizaje, para hacerle ver lo que va a conseguir, lo que está consiguiendo y lo que ha conseguido.
En la motivación previa el profesor, para mantener una actitud positiva, ha de demostrar la utilidad de los conocimientos que está enseñando para la consecución de los fines que el alumno ambiciona. Igualmente, como paso previo, y como parte de la detección del contexto del alumno ambicioso, el maestro ha de dar una importancia primordial al conocimiento de los fines que persigue el alumno, tanto en el contexto general de su vida, como respecto a metas más simples e inmediatas.
Para evitar la desesperanza del alumno ambicioso, el profesor ha de procurar que sus clases sean organizadas, sistemáticas y preparadas, ya que, si un alumno ambicioso detectara improvisaciones o inseguridades por parte del docente perdería la confianza y trataría de cumplir sus ambiciones sin contar con el profesor.
Aunque una persona ambiciosa centra su comportamiento en la búsqueda de recompensas, el profesor debe reconducir su interés hacia el propio proceso de aprender y de investigar como un fin ambicionable en sí mismo.
Durante todo el proceso de aprendizaje el profesor puede dar ejemplos que el alumno ambicioso relacione con su contexto de intereses. El maestro orientará al alumno para que aplique sus conocimientos a su realidad de persona ambiciosa. Si es posible, el maestro guiará al alumno para que encuentre por sí mismo esas utilidades. De esta forma la recompensa en mucho mayor.
En las actividades en grupos cooperativos es muy posible que el alumno ambicioso pretenda liderar el grupo. El maestro no debe oponerse pero cuidará de que el alumno tome en cuenta los puntos de vista del resto de grupo. Dado que el alumno ambicioso suele tener una personalidad fuerte, no debería suponer un problema que se sienta autónomo dentro del grupo. El docente ha de respetar esta individualidad dejándolo actuar y pensar por sí mismo.
Para mejorar la motivación después del aprendizaje, es muy importante que se le dé al alumno ambicioso información de las razones de los errores que éste haya podido cometer. Esto es particularmente importante, ya que, si hemos sabido motivarle antes y durante el proceso de enseñanza, unas buenas calificaciones formarán parte de sus ambiciones.
CASO B) Los sujetos caracterizados por la
ansiedad facilitadora del rendimiento tendrían activadas una serie de respuestas frente a la ansiedad estrechamente relacionadas con la tarea de focalización de la atención y una
tendencia a superarse ligada a la tensión que producen situaciones como preparar un examen o entregar un trabajo. La tensión actúa más como
indicio activador (ha llegado la hora de trabajar de firme) que como indicio de amenaza.
Existen numerosas evidencias de la influencia de la ansiedad ante los exámenes en el rendimiento académico, siendo su componente cognitivo (preocupaciones, pensamientos irrelevantes) el que mayor interferencia puede producir sobre las tareas de codificación, organización, almacenamiento y recuperación de información que el estudiante debe realizar cuando se está preparando o rindiendo un examen. si la percepción de que el nivel del desafío supera el potencial actual para su afrontamiento, se activa un estado de preocupación por la anticipación de un posible fracaso y esto puede movilizar estrategias auxiliares para ampliar los recursos de afrontamiento.
Se puede potenciar y
mejorar su rendimiento académico mediante estrategias como el que el profesor pida exponer en público como al fomento de la participación en su conjunto. En clase es frecuente que los alumnos tengan que trabajar resolviendo problemas haciendo tareas o pidiendo a los alumnos que preparen una clase de cuyo desarrollo se han de responsabilizar ante sus compañeros.
Las
clases prácticas pueden tener diferentes características que influyen en la motivación suponiendo un reto a los alumnos, que suelen constituir el desarrollo de nuevas
competencias. Además, pueden prepararse en grupo, lo que supone en principio la posibilidad de contrastar puntos de vista y, en consecuencia, de un mejor aprendizaje. También suelen tener un carácter más informal, menos estructurado y con más participación, que las clases llevadas directamente por el profesor, y, en ellas, el trabajo de los alumnos puede ser valorado o criticado por los propios alumnos corrigiendo más prontamente errores.
Al asignar
trabajos para su elaboración por parte del profesor supondría otra buena estrategia para fomentar su rendimiento permitiendo la opción de elegir entre varios temas posibles; pueden plantear su realización en grupo para facilitar la complementariedad de esfuerzos y capacidades y pueden acompañar la propuesta de trabajo de un guión más o menos específico que evite que los alumnos se queden atascados durante su realización. Los trabajos prácticos, especialmente si se realizan en las condiciones señaladas, favorecen el aprendizaje, por lo que cabe esperar que su propuesta sea percibida por los alumnos como positivamente motivadora y faciliten la comprensión de las clases teóricas.
CASO C) Motivación ante ansiedad no facilitadora del rendimiento: Previo a cualquier actividad, debemos valorar al niño, saber de que es capaz, que es lo que le provoca ese estado de ansiedad. De no hacerlo, podemos arriesgar demasiado al exponer al niño a una situación demasiado violenta para él, haciendo que esa ansiedad aumente.
Crear actividades que den al niño la capacidad de comprender que en el estudio no es el recibir recompensas y metas sino que es un proceso que debe alcanzarse poco a poco. Actividades por ejemplo como un juego de acertijos en el que tenga que ir pasando poco a poco por las diferentes dificultades hasta llegar a un punto final, haciendo hincapié en el proceso. Dando a entender de la importancia del hecho de aprender en si mismo sin unirlo al exito o fracaso que conlleva.
Crear actividades que le den al niño cierta seguridad, esto se puede conseguir mediante actividades en grupom cooperativas, en la que cada integrante aporta un poco u del comun se obtiene un todo, haciendo entender que todo el mundo es capaz de hacer las cosas y que todo el mundo en su propia capacidad, también tiene limitaciones.
Realizar dinámicas de grupo en conjunto con todo el total de los alumnos para t
rabajar la integración, dejar la inseguridad a un lado. Crear en el aula un clima de comunicación, y de superación de los miedos. Debemos de afrontar con esto también la evitación y la individualización, el aislamiento del grupo por la ansiedad que supone enfrentarse a los demás desde un punto de problemática propio.
CASO D) Alumno con miedo al fracaso.- El miedo a fracasar, es uno de los temores mas comunes en el ser humano, y el grado de afectación en el individuo, variará de acuerdo a las características personales de cada individuo; conozcamos un poco acerca de las características individuales de cada persona, que pueden contribuir a que este miedo se incremente o disminuya:
- Autoestima (Baja o Alta)
- Experiencias del pasado (Buenas o malas)
- Metas personales (Confusas o definidas)
- Opiniones de Seres queridos (a favor o en contra)
- Apoyo (Mucho o escaso)
- Personalidad (Fuerte o débil)
- Todas estas características individuales de cada individuo, afecta el nivel del temor al que se pueda enfrentar.
Mientras más baja autoestima se sienta, el temor será mayor, mientras mas personas opinen en contra, el temor será mayor, mientras no haya metas personales definidas el temor será mucho mayor, mientras menos apoyo sienta el temor será mayor, mientras mas experiencias del pasado haya el temor será mayor, y mientras la personalidad del individuo sea débil el temor será mayor. De todos estos factores, algunas son razones externas:
- Experiencias del pasado (Buenas o malas)
- Opiniones de Seres queridos (a favor o en contra)
- Apoyo (Mucho o escaso)
Estas causas externas, de alguna manera no podemos controlarlas fácilmente y escapan de nuestras manos, sin embargo, podemos trabajar en función de que no sean razones que cautiven nuestras emociones, porque ni el pasado, ni las demás personas deben limitar nuestro futuro, ni nuestras metas, ni nuestros sueños. De todos estos factores, algunas son razones internas:
A diferencia de todas las razones externas, estas son causadas por situaciones internas, voluntarias o involuntarias, que pueden estar íntimamente relacionadas, con nuestro carácter, con la manera de valorarnos a nosotros mismos, con la manera en que estamos enfocados en nuestros logros, sueños, metas a alcanzar, visión del futuro, y propósito de existencia, si no tenemos bien canalizadas ninguna de estos factores, lamentablemente estaremos enfrentando un ciclo constante de temor, en todas las áreas de nuestra vida.
El requisito esencial para enfrentarnos con este miedo y vencerlo, está principalmente en el reconocimiento y la aceptación de esta emoción sin rechazarla, para comprender que trae un aprendizaje clave a nuestra vida. Otra de las pautas sería pensar en el presente, muchas veces nos encerramos en pensar que pasará en el futuro teniendo las cosas tan claras que cuando nos ocurre algún problema durante lo vivido parece una tragedia , habría que asumirlo como un obstaculo que debemos superar y nos como algo que ya paraliza nuestra mente y no nos deja ir mas alla.
Uno de los factores mas importante en el fracaso es la falta de confianza en uno mismo, tenemos que creer mas en nuestras posibilidades y no encerrarnos en que no llegaremos a nada, poner remedio en vez de tirar la toalla.
"El fracaso más grande es nunca haberlo intentado".